martes, 9 de marzo de 2010

Sirope de vainilla y canela

Me obsesioné con la idea de los panqueques. Tan versátiles que son, y tan ricos. Es difícil encontrar donde vivo, artículos importados y de rara obtención, así tal cual podemos incluir el famoso "sirope de arce" o "maple syrup". Una vez, en mi casa tuve de este jarabe, y a nadie le gustó mucho. Bueno, no sé cómo habrá estado mi paladar para ese tiempo, pero oso decir que ahora lo he deseado mucho. Será que el jarabe aquel llegó a mis manos porque era amiga de unos norteamericanos, que en aquellos momentos, vivían justo abajo de mi departamento, que dejé ya hace casi 2 años con mi familia para movernos a una casa más espaciosa con un patio para que mi pequeño poodle pudiera correr sin tener el espanto de que pudiera ser alcanzado por un vehículo descriteriado. Al momento de irse, los extranjeros nos dejaron cuanta cosa comestible no podían llevarse consigo, entre ellos el jarabe ése, la cual fue la cosa más extraña de todas las recibidas.
Nunca supe para qué podía servir, aunque tenía trece años, no tenía ni idea. No poseía mucho libre albedrío en aquel entonces, y menos se me prestaba la cocina ni para hornear un simple bizcocho (bueno, sí, normalmente si se me prestaba la cocina era sólo y exclusivamente para eso). El día en que se me ocurrió para qué podía servir, el jarabe ya había desaparecido de la despensa.
Pues, dentro de mi ignorancia culinaria, puedo ahora descartar ésta. El maple syrup es un ingrediente perfecto para los panqueques que yo acostumbraba a llenar con mermelada de durazno o dulce de leche, también llamado manjar.
Como ando a la onda norteamericana-estadounidense, se me vino que tenía que comer sí o sí mis panqueques con maple syrup. Horror. ¡No tengo maple syrup! Valioso Internet, para qué nos sirves, sino que para otra cosa que no sea Facebook, oh, por Dios.
Sí que pude encontrar numerosas recetas para maple syrup, pero en todas ellas estaba el maple flavoring, mas que no más! Si no encontraba el delicioso maple syrup, cómo iba a encontrar el bendito "flavoring", Dios Santo!
Ya estaba que me iba a rendir, pero nadie vence a Mariana, pensé yo.
Por eso corrí a la cocina y me metí en la olla con el azúcar y con todo!!
¿Qué le puse?

Ingredientes:
1 taza de azúcar blanca
1 taza de azúcar morena
1 taza de agua
1 cucharadita de vainilla
1 cucharadita de canela


Revolver muy bien y encender el fuego, alto al principio y bajando mientras el jarabe se calienta.
Revolver constantemente, para que no se pegue ni se queme al fondo ni a los costados.
Esperar a que llegue a ebullición y mantener unos dos minutos, revolviendo.
El jarabe aún caliente todavía tiene textura de agua. Espesará a medida que se deje enfriar. Mientras más tiempo se deje calentando luego de ebullir, más espeso resultará, pero ojo, que al pasarse un poco más de lo que aguanta el jarabe, inmediatamente se quemará y se obtendrá algo no muy agradable.


Bueno, yo no sé quién lo pruebe, pero a mí por lo menos, me encantó!! Muero por ponerlo sobre los panqueques ahora ya!!!

¡Qué lindo ha quedado!

1 comentario:

  1. Que rico Mariana, para tener en cuenta. Ya soy tu seguidora, mucha suerte!
    Mabel
    Mimos culinarios

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